Balneario
medio mixto / mixed media
17” x 15” in
2022
La obra evoca la memoria y transformación de un lugar cargado de historia. El puente que aparece en la pieza no solo simboliza la conexión física entre dos localidades —El Salto y Juanacatlán— sino que también representa un espacio de reflexión personal. La artista recuerda cómo, al cruzarlo, contenía la respiración, una sensación que encapsula el suspenso y la tensión emocional vinculada a la experiencia del lugar. Este puente se convierte en el sombrero de lo que alguna vez fue el esplendor del Niágara mexicano, ahora transformado por el paso del tiempo. Balneario fue concluida durante la cuarentena, un período de introspección y aislamiento, lo que añade una capa de reflexión sobre la memoria colectiva y personal. La obra invita al espectador a sumergirse en la nostalgia de un paisaje que ya no existe como antes.
Durante su estancia de investigación en la Maestría, la artista caminó por el puente sobre la Cascada de Juanacatlán y se encontró con un letrero que decía “Balnearios” junto a una señal hacia el río. Consideró que era un toque de humor negro en el camino, ya que las aguas del río no son aptas para nadar; tan solo acercarse a ellas provoca picazón debido a lo que el viento recoge. Al ver esa imagen, se puede imaginar que forma parte de una paradoja: lo que fue el Río Santiago y lo que podría llegar a ser si se devolviera a su estado original.
The artwork evokes the memory and transformation of a place steeped in history. The bridge depicted in the piece not only symbolizes the physical connection between two locations—El Salto and Juanacatlán—but also represents a space for personal reflection. The artist recalls how, when crossing it, she would hold her breath, a sensation that encapsulates the suspense and emotional tension linked to the experience of the place. This bridge becomes the symbol of what was once the splendor of the Mexican Niagara, now transformed by the passage of time. Balneario was completed during the quarantine, a period of introspection and isolation, adding a layer of reflection on both collective and personal memory. The work invites the viewer to immerse themselves in the nostalgia of a landscape that no longer exists as it once did.
During her research residency in the Master's program, the artist walked across the bridge over the Juanacatlán Falls and came across a sign that read “Balnearios” with an arrow pointing towards the river. She saw it as a touch of dark humor along the way, since the river’s waters are not suitable for swimming; just getting close to them causes itching from what the wind carries. Upon seeing this image, one can imagine that it forms part of a paradox: what the Santiago River once was and what it could become if restored to its original state.









